No inútil, porque la inutilidad no existe dentro de la magna Obra del Universo.
Son medios, vehículos, portadores si se quiere de lo esencial.
El medio es perecedero. Pertenece a nuestra tierra.
Lo esencial es eterno.
Pertenece al cielo de nuestro Espíritu.
Busca, por lo tanto, lo Esencial.
Si para ello aceptas estas siete reglas, apréndetelas y practícalas. Tu Cruz se hará más llevadera y la Rosa le prestará su sagrado perfume……
1a. Lleva en todo tus actos, una meta. En todas las cosas, un fin. Que éstos sean el de descubrir Lo Esencial. Clava toda su atención en ello y toma por armas lo útil, lo noble, lo bueno, lo bello, para conseguirlo, y desdeña todos los obstáculos que se interpongan. Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.
2a. Alégrate. Que el contento y la Alegría, rebosen por todos los poros de tu Alma hasta por las más mínimas impresiones, te colmen de íntimo placer. Su esencia es divina y Dios está en todo lo existente y es forzoso percibir Lo Esencial aún en el más diminuto y pequeño organismo. Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.
3a. Aprende a respetar la opinión sincera de los demás. Si hallas error con cordura, con sensatez, con respeto, hazles ver la tuya , pero nunca los desaires. Lo Esencial, lo Divino, habla también por los demás hombres y sólo es cuestión de evolución que se acerquen más o menos a la Verdad. Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.
4a. Sal diariamente al aire libre y admira la Naturaleza. Alégrate y regocíjate del Sol, del Cielo, del Ambiente, de las Flores, del pequeño gusanito que se arrastra a flor de tierra. Observa que en todo ello existe la Divinidad y en todo aliento lo ESENCIAL . Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.
5a. Sé fiel para tus amigos y así tendrás amigos fieles, porque dentro de ellos estás . Aunque eres una Entidad separada y aislada, no eres más que una expansión de lo Divino. Medítalo, compréndelo, ajusta tu comportamiento a esto mismo y busca allí lo Esencial. Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.
6a. Relaciónate con todos, pero debes preferir aquellos que sepan más , para extraer de ellos la sustancia de lo que han aprendido. Entonces los conocerás y los amarás y tu observación te hará ver, que son como otro tú, pero que lo ESENCIAL, lo DIVINO, es lo que saben… y no sabes en este momento .
7a. Concéntrate todos los días. Estudia si tu atención se ha detenido en las cosas accesorias, en las secundarias. Haz siempre un examen de conciencia y respóndete a ti mismo. Si no pudistes estar atento a lo Esencial, cuida de enmendarte para buscar todos los días esa esencia divina que bulle en todo lo existente porque así progresarás y serás feliz y así las Rosas florecerán sobre tu Cruz…
A lo largo de la historia de la humanidad, sabios pertenecientes a diversas culturas surgidas en diferentes puntos del planeta consideraron la paz interior uno de los bienes capitales, probablemente, el más valioso que debe procurarse el ser humano.
En la actualidad las enseñanzas de aquellos sabios mantienen plenamente su vigencia y cobran una enorme importancia, debido al vertiginoso ritmo de la vida moderna y del nivel de ansiedad y estrés que ésta conlleva.
El desequilibrio y el nerviosismo cotidianos se multiplican día a día y amenazan con transformarse en una suerte de epidemia que, al expandirse, podría tener efectos devastadores, similares a los de una nueva guerra mundial.
Por este motivo y a fin de preservamos como individuos y como especie, debemos tomar conciencia de los riesgos que implica la pérdida de la paz interior y esforzarnos por preservar a toda costa este preciado bien.
Pero, ¿cómo saber si realmente gozamos de tranquilidad espiritual? ¿No es posible que vivamos engañando a los demás y a nosotros mismos, fingiendo un estado de equilibrio interior que en verdad no poseemos?
Con el propósito de despejar dudas,
los estudiosos afirman que existen 10 síntomas inequívocos presentes en todos aquellos seres que manifiestan una auténtica paz espiritual:
1 – Tus pensamientos y actos son espontáneos y no obedecen a temores heredados de experiencias anteriores.
2 – No acostumbras recriminar nada a quienes te rodean ni a ti mismo/a.
3 – El mundo no es entendido por ti como un foco de conflictos sino como el mero escenario del accionar humano.
4 – Ante un problema, no reaccionas preocupándote; buscas soluciones.
5 – Posees una enorme capacidad de disfrutar de cada instante.
6 - Agradeces permanentemente a cuantos te brindan su ayuda.
7 – Tienes la certeza de vivir en plena conexión con tus semejantes y con la naturaleza.
8 - Sonríes frecuentemente, expresando la alegría y la seguridad que tu postura ante la vida te proporciona.
9 - Optas por dejar que las cosas simplemente sucedan en vez de forzar la realidad.
10 – Permaneces abierta/o al afecto emanado de tu entorno y sientes una imperiosa necesidad de extender tu mano al prójimo.
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