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domingo, 3 de abril de 2011

LA LEY DE LA REENCARNACIÓN

  En la vida encontramos a personas con buena salud, bellas, inteligentes, ricas, que gozan de las mejores condiciones y tienen éxito en todo lo que emprenden, y a otras, por el contrario, tan desgraciadas que, hagan lo que hagan, van de fracaso en fracaso. ¿Cuál es el origen de esta desigualdad de condiciones? A menudo mucha gente se queda perpleja ante lo que parece ser verdaderamente una injusticia del destino. Si preguntAn a los científicos sobre la razón de estas desigualdades, la mayoría les dirán que se deben al azar. Y si van a buscar a los sacerdotes, a los pastores, les responderán que es la voluntad de Dios.
Algunas veces les hablarán de la predestinación y de la gracia, pero esto no hace más que añadir otra injusticia. De todas formas, decir “es la voluntad de Dios” no es muy diferente de decir “es el azar…”
No, en realidad, hay una explicación para todas las injusticias aparentes de la vida: es la ley de la reencarnación. Y la Iglesia no se ha dado cuenta de que negando esta ley, ha presentado al Señor como un verdadero monstruo.
 http://www.youtube.com/watch?v=gmLIeGgscjwLa explicación es que en el origen Dios nos lo ha dado todo, también nos ha dado la libertad, pero nos hemos servido de esta libertad para llevar a cabo experiencias costosas. Y el Señor, que es generoso, paciente, nos deja hacer, diciendo:
Son mis hijos. Los pobres, sufrirán, se romperán la cabeza, pero eso no importa, porque yo seguiré dándoles mis riquezas y mi amor. Tienen numerosas encarnaciones por delante… Aprenderán y sentarán cabeza.”
 
Por tanto, Él nos ha dejado libres, y todo lo malo que nos sucede ahora es culpa nuestra, lo hemos merecido. Y todo lo bueno que nos sucede, también lo hemos merecido, es el resultado de nuestros esfuerzos en las anteriores encarnaciones…
el conocimiento de esta ley de la reencarnación es también uno de los fundamentos de la moral. Mientras no se haya instruído a los humanos sobre esta ley de causas y consecuencias que sigue actuando de una existencia a las siguientes, podemos intentar que mejoren dándoles todos los sermones que queramos, pero esto no sirve de mucho, no cambian. Y no sólo no cambian, sino que se rebelan al considerarse víctimas de la injusticia social, envidian y combaten a los que consideran más privilegiados que ellos, y de esta forma no hacen más que complicar la situación. Pero aquél que sabe que las dificultades y las pruebas que encuentra en su existencia son el resultado de sus transgresiones pasadas, no solamente acepta sus dificultades, sino que se decide a trabajar para el bien, con el fin de mejorar sus encarnaciones futuras.


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